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III: Mercado Virtual, Mediatización y Cultura Digital
3.1 Una sociedad en transformación constante
El cambio de paradigma, en sentidos múltiples, como hasta el momento hemos podido ver, ha supuesto la apertura de un debate sobre si se trata de un cambio del propio sistema mundial, en forma estructurada como la de define Wallernstein, o más bien de una reedición del mismo sistema capitalista bajo una remozada versión de liberalismo clásico, actualizado a la luz del avances tecnológicos[1]. Tal vez sea la pasión por el etiquetado lo que nos haga entrar en este tipo de debates que, en el fondo, definen los mismos parámetros, sin importar que sea evolución o transformación sino la descripción de los factores de cambio, los nuevos parámetros y las orientaciones que se toman. En este sentido, es cierto que estamos inmersos en una serie de diferencias respecto al contexto anterior al periodo reciente de este entresiglos, en el que han confluido una serie de factores que harán, cuando exista suficiente distancia temporal para poder observarlo de forma retrospectiva, que el contexto actual, que ha empezado ahora, sea netamente diferenciable del anterior a lo largo del siglo XX.
Efectivamente, hemos podido observar cómo paulatinamente, la sociedad en la que vivimos es diferente a la que pudimos conocer dos décadas antes. En este sentido, la tecnología, sin ser el factor absoluto, sí que ha sido un desencadenante de varios procesos, sobre todo en cuanto a la pronunciación de elementos que ya estaban prefijando en los aspectos económicos, como la integración de mercados, las nuevas formas de organización empresarial y el auge de unos mercados financieros que actúan fuera de la ligazón concreta del sector productivo que teóricamente financian con su inversión[2]. La crisis de los modelos económicos precedentes, tanto del experimento socialista en el este de Europa (el caso Chino merecería mención aparte como capitalismo de estado) como el paradigma de Estado del bienestar, junto con el auge de un Pensamiento Único que ha apadrinado el proceso de globalización bajo la doctrina de liberalismo han sido elementos fundamentales en este proceso. Estos cambios suponen un cambio social profundo, con unas características nuevas, no solo por la exposición a una nueva forma de establecerse las relaciones laborales, sin garantías ni estabilidad como las conocidas hasta ahora, mayores diferencias sociales, con el incremento de los índices de exclusión social dentro de una competitividad extremada, que obliga al individuo al reciclaje continuo, so riesgo de caer del mercado laboral, sino también en la forma en que la propia sociedad se organiza.
Junto con esto, la sociedad se orienta hacia la red, mediante la implementación privada de herramientas propias de esta, aplicadas al ámbito del consumo. La mutación del ciudadano al consumidor/espectador[3], será uno de los fenómenos característicos de este periodo, acompañado por el mayor aislamiento social e individualismo, en los sectores integrados socialmente. Junto con esto, el desencanto por una actividad política, convergida ideológicamente bajo unos parámetros en esencia similares y movida por intereses cada vez más corporativos y menos determinantes en el aspecto económico, tras la efectiva renuncia a toda capacidad de intervención radical en el sistema, trasladará las inquietudes sociales en dos caminos diferenciados, casi paralelos al nivel sociocultural; por una parte, en movimientos sociales que renuncian al poder como forma de intervención y buscan modificaciones concretas, como ecologistas, feministas y otros plataformas reivindicativas, y por otro lado, los de la parte más excluida de la sociedad o falta de referentes, que viven un auténtico auge de los valores que los movimientos anteriores considerarían superados como los nacionalismos o los fundamentalismos religiosos como referentes que acuden a lo grupal.
En términos sociales este último periodo ha adolecido de una indefinición en lo que respecta a referentes. Desde manifiestos como el Cluerain[4] que pretendían hacer al consumidor un sujeto activo en conversación constante con la vieja empresa pero plegado a la pose de la mitología de la nueva empresa, encarnada bajo el lema del Dont be evil (no seas malo) de Google, en seria revisión durante la última década[5], hasta movimientos más activos como las primeras organizaciones antiglobalización de los 90′ que con el tiempo emplearían asimismo herramientas sociales de la red hasta concretar movimientos internacionales con desigual impacto en las políticas nacionales e internacionales[6], se puede trazar un itinerario de avance lento y superado por las circunstancias y los ritmos impuestos por los auténticos agentes del cambio. Hasta el momento la fuerza y la capacidad de todos estos movimientos no han conseguido ser una respuesta suficiente a la doctrina neoliberal y su programa socioeconómico de uniformación a escala planetaria, aunque se han cosechado éxitos parciales y denuncias de impacto[7].
La profunda transformación que ha supuesto la crisis económica ha significado, en términos sociales, una aceleración de los principios neoliberales hasta límites que difícilmente habría tolerado una sociedad democrática durante la primera década del siglo. Esto es debido en parte al choque de las medidas[8] y el contexto previo a esta crisis, en los que los valores colectivos habían sido suficientemente mermados como para poder entablar los cambios sin grandes organizaciones civiles ni partidarias capaces de articular una gran respuesta social.
El propio concepto de crisis, de situación de constante emergencia, ha sido combustible suficiente para que una sociedad completa se someta a una doctrina sin poder organizar una crítica suficiente como para establecer una alternativa adecuada a un sistema que se reconoce incapaz de resolver sus propias contradicciones[9].
A lo largo de los dos bloques anteriores hemos visto cómo se ha organizado el poder económico y la expansión de una forma de gran empresa transnacional fundamentada en la capacidad de su red global. También hemos visto cómo se organiza Internet y se establecen las bases de lo que es hoy en día y hemos sugerido ámbitos de disputa entre formas de entender las libertades dentro de esta red. Como hemos señalado, por encima de la descripción, la tarea principal de nuestro trabajo es encontrar las fuentes y los elementos principales del conflicto en la sociedad de la información y cómo Internet es su escenario principal, al ser el medio base sobre el que se está estructurando el camino de la sociedad actual. En los diferentes puntos del presente bloque, describiremos algunos de los elementos principales de la parte mercantil del conflicto, la legislación y cómo el mercado y resistencia de ciertos modelos obsoletos de negocio a adaptarse acaban en desastres legislativos y persecución de usuarios.
3.2 Intentos reglamentadores de la sociedad de la información
Como en los anteriores bloques señaláramos, el auge técnico y la capacidad de las telecomunicaciones vivieron un proceso paulatino de expansión, condicionando tanto por el propio soporte y las formas de interconexión como por la popularización de medios técnicos, sobre todo el ordenador personal en la primera etapa. A este respecto varias iniciativas de los diferentes estamentos posibilitarían este auge, como la fragmentación en EEUU de AT&T, y las diferentes aperturas del sector, así como el establecimiento de diversos protocolos estandarizados como base de las comunicaciones.
La desreglamentación de las telecomunicaciones y la inserción de estas como aspecto a tratar en acuerdos comerciales internacionales serán factores que nos indican como, desde un periodo bien temprano en la creación de la sociedad de la información. Curiosamente, uno de los primeros debates sobre el libre flujo de la información y la comunicación, se daría en el seno de la UNESCO en los años setenta, cuando se pretendió instaurar el denominado Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación (NOMIC)[10], impulsado principalmente por el grupo de países No alineados, con la preocupación respecto a cómo la información sería manejada a escala global, dada la creciente concentración a cargo de empresas extranjeras. Para tal fin, se establecería un plan para debatir y regular la información y comunicación, ante las carencias en cuanto a transparencia y libertad de prensa efectiva en buena parte del tercer mundo. El debate llegaría en 1976 a un punto álgido en la Asamblea General de la UNESCO, dado por un lado la ausencia de interés por parte de ciertos estados, sobre todo de Gran Bretaña y Estados Unidos, a cuyas compañías no les interesaba tratar sobre los medios o la brecha digital y el núcleo principal de los No alineados, interesados en el debate[11]. La salida ha dicho bloqueo vendría por medio de la creación de la Comisión Internacional para el Estudio de los Problemas de la Comunicación, conocida como la Comisión MacBride debido al nombre de su presidente, Sean MacBride, premio Nobel de la Paz y cofundador de Amnistía Internacional.
Para la asamblea de 1980, presentaría su primer informe denominado «Un solo mundo. Voces múltiples. Comunicación en información en nuestro tiempo»[12], en el que se hacía hincapié en el proceso de concentración de las comunicaciones y las contradicciones y problemas que esto entrañaba, lo que, a pesar a eludir la exposición directa de ciertas cuestiones, sí que establecía 82 recomendaciones concretas, bajo la perspectiva de cómo la evolución del proceso técnico incidiría en las comunicaciones y la información, para avanzar en propuestas acerca de la democratización y el acceso en igualdad de condiciones de todos los agentes en favor de un equilibrio internacional con los derechos humanos como principal orientación de todas estas medidas. Finalmente, se conseguiría llegar a un consenso que, bajo el concepto del «derecho a comunicar», auténtico leitmotiv del informe, unificaría las posiciones mayoritarias de la asamblea, lo que no significaría su puesta en práctica, dada la completa oposición de corporaciones y gobiernos concretos, con el caso del estadounidense como su principal contrincante.
La llegada al poder de Reagan, pondría en perspectiva la intencionalidad de los agentes opuestos a estos acuerdos, consiguiendo finalmente que el propio organismo de las Naciones Unidas quedara en una posición residual dentro de la política internacional de comunicaciones, derivadas, como veremos, a lo comercial. El principal argumentario empleado en esta ofensiva sería precisamente la defensa de las libertades de prensa frente a países, entre los que habían aprobado el informe, que trataban de imponer el control gubernamental sobre los medios de comunicación, terminando por acusar al proyecto de McBride de «sovietizante», excusa para desligarse de la UNESCO. El fin oficial del organismo, llegaría en 1989, bajo el mandato de Federico Mayor Zaragoza, con la adopción de la denominada «Nueva Estrategia de la Comunicación”, mientras los debates de McBride continuarían a cargo de ONG y otros organismos a modo de mesa redonda otra década más, fuera de la UNESCO. Uno de los legados más importantes de esta tentativa sería la puesta en debate de un tema fundamental para la sociedad de la información en proceso, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación necesitaban mecanismos de control fuera del interés mercantilista de las grandes empresas y los gobiernos que las respaldan. En contraposición, la doctrina que establece la información y comunicación como «nuevo recurso nacional», teorizado por primera vez en 1977, en el informe titulado, The New World Information Order, sienta las bases doctrinarias de un desarrollo «sin reservas ni condiciones» que confrontaran con este enfoque. La realidad es que la posición dominante en todos los desarrollos relativos a la sociedad de la información por parte de empresas estratégicas de EEUU y sus aliados más directos le permiten ejercer una posición de fuerza y ruptura de consenso que es condición para cualquier resolución en la práctica.
Desreglamentación empresarial y datos personales
El proceso de desreglamentación de las telecomunicaciones viene de la mano del ascenso del ideario neoliberal, tanto en los Estados Unidos, como en Europa, a través de sus sucesivas instituciones, y los organismos internacionales, desde el estreno del término «sociedad de la Información» por parte de la OCDE, en una de sus cumbres de 1975. Poco después, la entonces Comunidad Económica Europea, adopta la noción para un programa quinquenal denominado FAST (Forecasting and Assessment in the field of Science and Technology)[13] a través del que pretenderá establecer una evaluación y prospectiva sobre las nuevas tecnologías y su impacto social. Otros organismos internacionales mostrarán su preocupación sobre el impacto de las nuevas tecnologías y la informatización en el empleo, como la OIT y diversas confederaciones sindicales. Los temores por la disposición y el manejo de datos personales llevarán a la Comisión Europea a la redacción, en 1980, de un «convenio para la protección de las personas con relación al tratamiento automatizado de datos de carácter personal», contando como principal prerrogativa la capacidad de disponer de sus datos de cualquier persona física. El mismo año, la OCDE, adoptará una recomendación respecto al flujo internacional de datos personales.
A partir de ese momento el proceso de reglamentación de los datos personales irá en paralelo al de la desreglamentación de las telecomunicaciones mismas, en manos de organismos de carácter económico, como los propios documentos citados exponen, al remarcar en su redacción que los estados deberían abstenerse de reglamentaciones sobre el tratamiento de datos que llegaran a obstaculizar la libre circulación de datos de carácter personal, lo que ubica el carácter de estas iniciativas y los límites que en ellas mismas se colocan. La presión por parte de organismos sociales y otras organizaciones, ante la amenaza de un tratamiento de esos datos por parte de empresas privadas, llevará finalmente a una nueva redacción, en 1998, de una Directiva Europea sobre la protección de datos personales[14], de la que la Ley sobre la protección de datos española, del siguiente año, será una derivación subsecuente[15], junto con la misma Agencia Española de Protección de Datos[16]. Esta iniciativa provocará las protestas de las autoridades norteamericanas, de donde provienen la mayor parte de compañías que atesoran datos personales de ciudadanos europeos, bajo la acusación de entorpecer el comercio electrónico. De cualquier modo, serán precisamente estas compañías la que continuarán integrando datos que rastrean el paso de los usuarios por diversas aplicaciones en línea, como AOL, Microsoft, Google, Myspace o Facebook, precisamente con cláusulas que en muchos casos vulneran este nuevo entorno legal, so pretexto de la voluntariedad de los usuarios en ceder los datos personales o la persistencia de estos datos para favorecer motores de búsqueda[17].
A partir del Patriot Act[18], producto directo de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU, el tratamiento legal de datos de personas por parte de este estado será regulado de forma más severa y con un alcance internacional, al margen de cualquier acuerdo. Como veremos especialmente en el bloque cuarto de nuestro trabajo, esta política llevara no solo a una colisión de intereses entre estados sino entre empresas y muchos principios democráticos, sacrificados en aras de un concepto de seguridad cada vez más amplio e impreciso.
Continuando con el proceso de expansión de las telecomunicaciones, señalaremos cómo este irá en paralelo a su liberalización y la desreglamentación de todos los mecanismos estatales de control o tutela, como hemos señalado, de la mano de grandes privatizaciones, como la que el gobierno Thatcher realizara de BT (British Telecom) o el desmantelamiento del gran monopolio estadounidense de la AT&T, ambos procesos finalizados a lo largo de 1984. Una de las consecuencias de esto será la existencia de grandes empresas de telecomunicaciones surgidas a partir de anteriores conglomerados públicos, en situación dominante cuando no directamente monopolista. El caso de Telefónica, en España, es paradigma de ello. Una vez privatizada, con un mercado de origen completamente dominado y una ingente capitalización, podrá expandirse con una posición inicial de fuerza que la llevará a convertirse en una de las empresas líderes del sector a escala internacional.
De forma paralela el avance de un gran acuerdo en el marco de la OMC (Organización Mundial del Comercio)[19], firmado por setenta y ocho gobiernos, sobre la apertura de los mercados de telecomunicaciones a la competencia, posibilitará que a partir de 1998, se lleve a cabo un proceso acelerado e irreversible de ampliación de la capacidad de influencia, inversión y penetración de grandes compañías en el mercado mundial. La ventaja comparativa de partir de sectores con grandes mercados prácticamente exclusivos y cuentas de resultados ya de partida con grandes beneficios empujará un proceso de fusiones y acuerdos que dará lugar a un gran conglomerado de monopolios o grandes trust del sector, que dispondrán del mercado del sector enfrentados a un constante proceso legal para evadir cualquier intento de acotar a esos monopolios de hecho[20].
Como hemos visto, tanto este acuerdo, como las políticas nacionales de apertura de mercados y privatización de servicios llevaran a la expansión de las grandes empresas de telecomunicaciones. El proceso de grandes privatizaciones de sectores estratégicos bajo tutela estatal hasta entonces y más especialmente en este sector, permitirá esta fase expansionista. Sin embargo, salvo el desarrollo e implantación de nuevas tecnologías en cuanto al proceso físico, ninguna de estas grandes empresas del sector sabrán posicionarse en el medio al que dan soporte. La gran capitalización de estas y la capacidad de compra y expansión no será sin embargo un factor que les otorgue el dominio inmediato de la red que bajo su infraestructura se estaba expandiendo. Como veremos, la posición de dominio pudo en su momento impedirles ver que los nuevos negocios que se fraguaban en la red no seguían el patrón que podían esperarse. El servicio más que la tecnología que da soporte será el gran pilar de la expansión posterior a la crisis de las puntocom.
El precio de la expansión en el contexto de la globalización
Todo el proceso expansivo que viven las grandes compañías del sector tecnológico y las comunicaciones parte de un origen ideológico identificado con la doctrina neoliberal en el plano económico, aunque con una férrea tutela identificada con el auge Neocon (nuevo conservadurismo identificado con el Tea Party norteamericano y grupos de la derecha europea) en lo que respecta a derechos civiles y control democrático del medio. Frente a esta política, en la que cada ronda negociadora suponía una vuelta de tuerca a favor de la gran empresa, no se organizará ningún modelo de respuesta a gran escala hasta que, para la nueva cumbre de la OMC, que se celebrara en noviembre de 1999 en la localidad norteamericana de Seattle, múltiples organizaciones, entorno a movimientos antiglobalización, organizarán una gran protesta, conocida desde entonces como la Batalla de Seattle[21]. A partir de ese episodio de respuesta cívica, diversas organizaciones antiglobalización pondrán el foco en los aspectos menos democráticos de estas negociaciones, en buena medida hurtadas del debate democrático en parlamentos y apenas trasladada en los medios a un auténtico debate ciudadano acerca de qué intereses defendían estos acuerdos[22].
A partir de este hito, comenzará la organización de puntos de encuentro de activistas a escala internacional para fijar una respuesta y debate común sobre este tipo de acuerdos internacionales. La organización del Foro Social Mundial, el primero de ellos en la ciudad brasileña de Porto Alegre, para articular una primera respuesta a la doctrina neoliberal promulgada de forma unívoca por la OCM y otros organismos internacionales como el Banco Mundial O el FMI. La mayor crítica que este encuentro de activistas es la de constatar que estos organismos actúan como agentes que tratan de coaccionar la política económica de todos los países que entran en su órbita para que adopten la doctrina económica que favorece los intereses de los poderosos, sin ningún objetivo social que no sea el de la desregulación de mercados para potenciar el dominio de la gran empresa[23].
A pesar de dichas propuestas, que comienzan a organizar una respuesta global, las más de las veces al margen de organizaciones partidarias, por tanto fuera del ámbito de decisión política efectiva, el auge de la «nueva economía» se conformará como un proceso irreversible, precisamente por el condicionamiento económico que imposibilita a los estados, en caso de desearlo, cuestionar o salir de dicho proceso económico. De este modo, veremos en primer lugar cómo la burbuja de las denominadas a principios de siglo «puntocom», compañías que señalamos que operan principalmente en la red, se irá imbricando rápidamente en la economía global, con adquisiciones espectaculares. Entre los casos mas destacados podemos señalar el de la operadora de telecomunicaciones AOL con la adquisición del grupo mediático Time-Warner, o la entrada de Microsoft en la televisión convencional con la adquisición de la NBC[24]. Este proceso continuará permeando a lo largo de diversos sectores, especialmente tras el repliegue de lo público.
La Global Information Infraestructure, será otro organismo, impulsado por el entonces vicepresidente norteamericano del Gobierno Clinton, Al Gore, que tratará, bajo el supuesto intento de evangelización tecnológica, previo pago de la asunción incuestionable de la doctrina económica y política fijada por el FMI y el BM, de dar un aspecto progresista al proceso, con afirmaciones como que «la maraña inconsútil de redes de comunicación, ordenadores, bases de datos y electrónica de consumo que ofrecerán a los usuarios ingentes cantidades de información al alcance de sus manos«[25]. La propia Unión Europea, en el informe del comisario Bangeman, de 1994, titulado Europa y la sociedad de la información planetaria, tratará de teorizar al respecto, demostrando una doctrina similar a la de Gore, al afirmar que la liberalización favoreceré la difusión de las comunicaciones globales y el acceso al conocimiento, bajo la premisa que en una sociedad donde el trabajo y el capital ya no son las variables centrales de la economía sino esta información y conocimiento, entendidas como producto comercial cuya circulación se debe favorecer, deplorando cualquier proceso de limitación de este, entre los que la libertad de expresión podría deducirse[26]. Nuevas reuniones de dicho organismo, junto con otro informe similar, denominado Libro Verde sobre las telecomunicaciones, encargado de nuevo al comisario Bangeman[27], poco antes de que se desatara el escándalo acerca de su fichaje por Telefónica, después de ser favorecida por este, abundarán en esa intención de dar respaldo a la liberalización completa del sector, confirmada después en una nueva cumbre del G-7, con propuestas de «aligeramiento» reglamentario del sector.
En el caso europeo, el proceso de unificación de mercados y moneda, no supondrá más que un avance en los diseños prefijados respecto a la Información y la comunicación, que curiosamente, en ningún aspecto cuestionan las patentes o los derechos de autor, en favor de las compañías que atesora esta información en beneficio propio, a pesar de la implacable liberalización que se preconiza, como quedará patente en la Cumbre Económica y Social celebrada en Lisboa en 2000.
Como hemos podido ver, al margen de declaraciones de intenciones y discursos vacuos, la dirección de todo el proceso de acuerdos y legislaciones abundará en la intención de potenciar una desregulación del sector de las comunicaciones y amparar los intereses de los grandes grupos ya ubicados en este. Buena parte de las contradicciones expresadas en estos acuerdos, mayoritariamente a puerta cerrada y conocidos por sucesivas filtraciones, se pondrán de manifiesto al defender en ciertos casos modelos de negocio, sobre todo en lo referente a derechos de autor y difusión de medios audiovisuales. Acuerdos como el ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement), finalmente rechazados por la UE, una vez filtrados los textos puestos a debate, significará una declaración de los principios, de la hoja de ruta del neoliberalismo, en el sector de las telecomunicaciones e Internet. Recurrentemente, supuestos acuerdos comerciales bilaterales, principalmente entre EEUU y la UE, como TAFTA (Trans-Atlantic Free Trade Agreement) o CETA (Canadá-EU Trade Agreement), volverán a poner sobre la mesa la supresión del derecho nacional sobre grandes compañías o la exención de control fiscal o laboral de estas, entre otros apartados[28]. Sin embargo, resulta curioso cómo estos acuerdos, de un modo u otro apuntaban de forma recurrente en cuestiones como los derechos de autor, la propiedad intelectual y la piratería con un endurecimiento legal y una persecución que en algunos casos sugería una vulneración de los derechos ciudadanos[29].
Por otra parte, compañías del sector han querido aprovechar la oportunidad de estos tratados para cuestionar la neutralidad de la red, tanto desde el punto de vista comercial, ofreciendo Internet a diferentes velocidades dependiendo de los productos y servicios de los que se hagan uso como mediante el control de la conexión y su tráfico[30]. Precisamente la posición dominante de muchas compañías estadounidenses que operan en la red hizo que el debate sobre CISPA (Cyber Intelligence Sharing and Protection Act), una legislación que permitía el espionaje de las comunicaciones sin restricciones, legalizando buena parte de los aspectos más discutibles de la Patriot Act, tuviese tanta relevancia internacional. Junto a ello, la revelación de las peticiones de datos a grandes empresas de la red sobre sus usuarios por parte del gobierno norteamericano y las revelaciones de WikiLeaks sobre la colaboración y la resistencia parcial de algunas de estas compañías, como Twitter, en esta puesta a disposición de datos personales, no siempre con orden judicial, colocaron el debate en un primer plano que destacaría mas si cabe la transcendencia de dichas negociaciones[31].
A lo largo de 2015, el TTIP, la décima ronda de negociación del antes denominado como TAFTA recupera buena parte del argumentario de algunos intentos previos, como ACTA, en temas de propiedad intelectual y patentado de software, con tribunales de arbitraje especiales para las grandes transnacionales, que escapan así del control judicial de cada estado, junto con la “liberalización” de sectores como la salud o la gestión de aguas y una mayor desregulación del marco de relaciones laborales y salariales. En esencia el acuerdo es un calco del TPP, que se negocia en el ámbito del pacífico[32]. La forma en la que se enfoca esta nueva oleada de acuerdos multilaterales, sin debate incluso dentro de los parlamentos de los estados afectados y con las mismos pautas en diversos escenarios nos muestran un diseño común, que parte de los mismos intereses. Como vemos, el tema deriva en la actualidad del preciso momento en el que redactamos el presente trabajo pero tanto la dirección como la intención se encontraban ampliamente prefijados. A lo largo del Bloque siguiente se ahondara en los aspectos de derechos de autor, cibervigilancia y filtraciones, con lo que el contexto presente de las negociaciones abiertas quedará fijado.
3.3 La nueva dimensión del Big Data
La denominación Big Data es un tema de gran actualidad, que hace referencia a manejo de grandes cantidades de datos que requieren de una infraestructura informática de envergadura suficiente para poder enfrentarlas y extraer datos de interés. El perfil de las empresas y organismos hacen uso del Big Data resulta muy variado, desde el mismo CERN, en su Gran Acelerador de Hadrones[33], para la recolección masiva de los datos generados en su proceso experimental, hasta el análisis financiero, pasando la recolección de perfiles sociales de los que destilar pautas para su empleo publicitario. En todos los casos, se requieren máquinas de gran procesado de datos capaces de ofrecer pautas y localizar patrones así como separar conjuntos de estos y establecer modelos de visualización capaces de ser interpretados por un humano[34].
El término comenzó a popularizarse a principios del presente siglo, cuando se hacía evidente la necesidad de un uso de cada vez mayor cantidad de datos que deben ser filtrados y catalogados de un modo que los haga manejables para poder hacer un uso adecuado de ellos. Como asegurase Doug Laney[35], analista de datos, en 2001, el Big Data puede ser definido con las tres «V» (Volumen, Velocidad y Variedad). En realidad, en su definición nos indica cómo la industria comienza a ver la forma en la que va e evolucionar la cantidad de información disponible y cómo esta se convierte en un elemento crítico en su negocio. Aunque en los aspectos más sociales guarde una relación directa con la estadística, la forma en la que se enfrenta la información obtenida y el resultado son distintos.
A la mayor parte de las grandes compañías de telecomunicaciones y empresas que operan en Internet les resultaría imposible mantener su negocio sin el manejo correcto de la gran cantidad de datos que circulan a diario por sus servidores. Proyectos de carácter científicos como el del Genoma humano[36] habrían sido imposibles sin las herramientas de procesado de datos adquiridos. En la actualidad, el periodismo de datos y el análisis financiero se han convertido en empleos que hace uso de estas grandes recopilaciones de datos. La capacidad de manejar estos datos ofrece una ventaja competitiva y por tanto es uno de los nuevos frentes de los departamentos de Investigación y expansión de grandes empresas. Anteriormente, citamos el modelo de negocio de la empresa identificada con la nueva economía y nombramos el ejemplo de compañías como Zara y su formato de adecuación de oferta por tienda a tiempo de cierre de cada uno de sus establecimientos. Esta capacidad sería imposible sin elementos de análisis estadísticos capaces de cubrir todo el rango de su negocio[37].
Cada vez son más los proyectos que hacen uso de cantidades de datos de mayor complejidad. A lo largo de los anteriores capítulos del presente trabajo podemos deducir cómo esta gestión de datos, es parte basal del negocio de la nueva empresa orientada a la red, la conexión y el procesado de esta nueva «materia» de negocio, el dato, es el nuevo elemento de riqueza[38]. El papel de los usuarios y consumidores en este proceso es fundamental y por ello podemos explicarnos la cantidad de servicios gratuitos que han acompañado al periodo de mayor expansión de la red. Los datos personales son el eje de buena parte del negocio digital, el centro mismo de la economía basada en la sociedad de la información, por ello el tránsito de unos servicios de peaje a un modelo de socialización y gratuidad, han corrido en paralelo al valor del dato personal como moneda de cambio.
Ya resulta un tópico la afirmación de que cuando no hay modelo de negocio es el usuario el negocio, pero el avance en la captación de cada vez mayor cantidad de datos de carácter personal por parte de compañías que basan su negocio principalmente en la publicidad, como Facebook o Google, no deja margen para negarlo. El modelo de esta última, se puede rastrear mediante la reacción al bloqueo en la captación de datos. Tanto en los navegadores, con su «acuerdo» con Adblock (un potente bloqueador de publicidad para navegador), para que «deje pasar» ciertos anuncios de su «lista blanca»[39], como respecto al propio Android, con la reacción frente a desarrollos como CyanogenMod[40], que prescinden de la tienda y las aplicaciones de la gran G, ha quedado patente que la gratuidad de sus servicios se fundamenta en la exposición del usuario a permitir el tratamiento de sus datos de cada vez mayor diversidad de formas.
Las bases de datos como eje del procesado de información
En la era de la información ya hemos visto cómo ser dominante en un negocio tan solo puede otorgar a la empresa en cuestión una mejor posición de partida. No adaptarse supone quedar desplazado de las constantes oleadas que sacuden a las empresas de Internet. En este marco Oracle[41] era hegemónica en principio y ofrecía su paquete de servidores de datos a grandes empresas con un modelo de gestión de clientes y recursos estructurado pero no focalizado en el procesado de datos diversos y masivos. Sin embargo, el crecimiento y las nuevas formas de captación de datos han llevado a los grandes del sector a adoptar plataformas propias desarrolladas en su mayoría sobre código abierto. El caso de Apache Hadoop[42], empleada por Facebook, o No SQL[43], para bases de datos no relacionadas pero masivas, destacan ahora en el tratamiento de informaciones masivas. Por su parte, otras compañías del sector como SAS[44] o IBM, han sabido ofrecer una combinación de máquina complementada con software para tratamiento masivo de datos.
Por su parte, el propio desarrollo del hardware (la máquina física sobre la que corren los programas) también ha sufrido un cambio de paradigma importante que ha desubicado a fabricantes consolidados. Las compañías cuyo negocio está orientado a Internet, como Google, Amazon o Facebook, han comenzado a apostar por estándares abiertos para la instalación de sus granjas de servidores. El modelo de Open Compute[45], ha terminado por obligar a los fabricantes a seguir unos parámetros abiertos y escalables, independiente de cualquier capa administrativa del fabricante. Así, iniciativas como las de Facebook[46] han conseguido forzar las características de un equipo básico y escalable en función a sus necesidades. De este modo no solo se ha conseguido establecer unos parámetros en los que el fabricante de los equipos no puede condicionar la manera en la que se establecen las granjas de servidores de las empresas de Internet sino que estas han conseguido ser las que obliguen a unos estándares abiertos de los que se terminan por beneficiar el conjunto de entidades y negocios que necesiten de grandes servidores.
Mediante los dos procesos descritos, de adecuación de un software orientado al gran manejo de información y un hardware diseñado expresamente para las necesidades de las grandes empresas, llegamos a un momento en el que la estructuración de estos datos permite a los que los manejan poder operar de forma certera en su negocio. Si entendemos que la mayoría de las compañías de Internet o reside su modelo de negocio en los datos o son al menos una parte esencial de este la adecuación de su entorno de producción ha posibilitado la expansión que llega a nuestros días[47]. La analítica de datos se ha convertido en la piedra de toque de todo el negocio.
La privacidad frente al Big Data
Nunca en la historia de la humanidad se ha tenido la posibilidad de adquirir tantos datos personales de cada uno de los individuos que componen la sociedad. Buena parte de estos datos son ofrecidos de forma voluntaria, aceptando condiciones de uso (esa parrafada junto al casillero de confirmación que nadie lee) de forma inconsciente. Los medios de vigilancia también han avanzado hasta extremos que podríamos considerar de ciencia ficción. La privacidad y la lucha por mantenerla y tener poder sobre ella se están convirtiendo en uno de los ejes del activismo en la red. Como veremos al tratar los temas de las grandes filtraciones, la exposición a la que nos enfrentamos a diario desde que la red está en todas partes y la mayor parte de la población del mundo más avanzado se conecta prácticamente a diario se ha incrementado. La práctica totalidad de los servicios en línea que se ofrecen hoy en día, adquieren y hacen uso de datos de sus usuarios[48].
En este contexto, ya hemos señalado como la adquisición de la mayor parte de datos posibles de perfiles individuales, desde datos biométricos a pautas de compra, interrelaciones grupales, opinión, poder adquisitivo, consumo de noticias y conexiones a diversos medios en la red puede ser adquiridos mediante nuestra navegación, ya sea desde nuestros ordenadores personales como desde nuestros dispositivos portátiles, fundamentalmente el Smartphone[49].
Todo el rastro diario que los usuarios han ido dejando desde que comenzaran a usar sus cuentas, hace más de una década, en las diversas redes sociales o medios, Facebook, Twitter, YouTube, EBay, Amazon por ejemplo, así como visitas a blogs o portales con código de rastreo publicitario, como Google AdWords u otras cookies que persisten, terminan por confluir en un perfil personal que termina por revelar, sin violar ningún termino que hayamos autorizado ni ninguna ley de protección de datos de cualquier territorio, un perfil personal bastante bien delimitado[50].
La red de perfiles y preferencias se alimenta principalmente de nuestra actividad social y nuestra reacción a diversos medios. Según Techcrunch[51], un 46% de las entradas a servicios web que piden identificarse se hacen mediante nuestra cuenta de Facebook y en cerca, con un 43%, está Google. La extensión de los marcadores sociales disponibles en la mayor parte de publicaciones, es ya suficiente como para tener un rastreo de preferencias personales bastante fidedigno. Así debemos entender la proliferación de APIs sociales (aplicaciones insertadas en las webs) que nos ofrecen elevar un comentario en cualquier medio. Para comprender la importancia de estos elementos a la hora de establecer el Big Data comercial mencionaremos cómo Facebook ha sido una de las empresas que más veces ha cambiado los términos de uso y gestión de niveles de privacidad de sus usuarios, en parte por el constante encuentro frente a legislaciones nacionales sobre la privacidad. Esto ha llegado al extremo de que los servicios de identificación de Facebook funcionen de manera distinta dependiendo de la ubicación del usuario.
Craig y Ludloff[52], nos explican el proceso mediante el que la forma en la que se lleva procesando el Big Data converge en un empleo de los datos personales que cada vez nos expone en mayor grado a ser catalogados de forma precisa mediante empresas privadas. El postulado principal coincide con nuestro planteamiento y distingue entre los que recogen los datos, los que hacen uso de ellos, los que hacen negocio con ellos y los que intentan regular el negocio de los datos personales. Así se prefigura un panorama en el que se avanza de forma contraria al interés de la ciudadanía con elementos de control y perfilado cada vez más precisos.
Diversas organizaciones cívicas, entre las que destaca EFF o EPIC[53] llevan más de una década apuntando a la necesidad de tomar posesión de nuestros datos y ser conscientes de cómo se captan y gestionan. Dado que la mayor parte de estas empresas son entidades de derecho radicadas en territorio estadounidense, la mejor respuesta es la navegación segura. Para ello, se han establecido diversas pautas para dificultar el rastreo y el uso de herramientas que no sean privadas, que no almacenen los datos que circulan entre usuarios y fundamentalmente que se cifren todos los datos que circulan.
A todas estas cuestiones hay que agregar otros medios de captación de datos personales, entre los que citaremos el uso de tarjetas de crédito, fidelización o de trasporte, el uso de chips de radiofrecuencia en cada vez mayor variedad de formas y la videovigilancia. En la obra de Cory Doctorow, Little Brother[54], se nos explica todo un itinerario de formas en las que se somos vigilados en una ciudad occidental, en este caso trata de San Francisco, y de cómo la resistencia es ya tomada como conducta subversiva y por tanto perseguible. La cuestión de la privacidad adquiere de este modo especial relevancia. Herramientas OSINT (Open Source Inteligence) del tipo Maltego[55], Shodan[56] o el mismo uso avanzado del buscador de Google mediante Dorks[57] (sentencias de búsqueda avanzada) nos permiten conocer hasta qué punto podemos extraer información pública de fuentes accesibles desde Internet, para capturar datos privados y hacer uso de estos[58].
Bruce Shneier[59], nos describe cómo la guerra por los datos personales la libran empresas, gobiernos y cibercriminales contra la ciudadanía, como cada uno de estos trata de hacerse con la información que le permita manipular a su favor y cómo la única forma de escapar de esta redes es mediante el empleo de herramientas de cifrado y el uso de medios y aplicaciones no propietarias. Así tras la trampa de productos de primer orden ofrecidos gratuitamente, como el gestor de correos Gmail, de Google, hay que asumir el costo social de una vigilancia y retención de datos, el riesgo de perder nuestra privacidad. Junto a ello, la total disponibilidad de estos servicios a la voluntad de organismos como la NSA, nos expone doblemente. Schneier es una de las voces más críticas al empleo que se está dando a los datos personales y la obsolescencia de la mayor parte de la legislación, ante las formas de organizarse esa captura de datos en la red.
La mundialización de las bases de datos, mediante perfiles comerciales y estatales expone a la ciudadanía de una forma insospechada a ser fiscalizada durante su práctica diaria de una forma desconocida a lo largo de nuestra historia[60]. Existe un extenso debate acerca de cómo se están gestionando estos datos. Las sucesivas conferencias de las autoridades internacionales de protección de datos[61], cuya última ronda se celebró en Ámsterdam en octubre de 2015[62], hacen hincapié en la necesidad de regular cómo se gestionan y protegen estos datos. La realidad apunta a que tanto la legislación como la aplicación de esta avanzan con retardo respecto a las nuevas pautas que se van imponiendo.
Como en tantas otras ocasiones no es la herramienta la que hay que valorar sino su uso. El manejo masivo de datos se ha convertido en un elemento fundamental de nuestro tiempo, con un crecimiento exponencial a lo largo de la última década. El empleo de su fruto por parte de empresas de Internet y la vigilancia ciudadana, de la que trataremos más adelante, es la cuestión que nos preocupa. La forma en la que todo el asunto se conduce tiene su correspondencia con la ideología predominante y la propia visión que de lo público se mantiene. En este sentido, el conflicto, como hemos visto mantiene varios vectores en lucha. El resultado de ese encuentro es la red que tenemos hoy en día.
3.4 La red en todas partes: Web 2.0 la red semántica y la expansión de los servicios en línea.
A lo largo de la última década del siglo pasado, podemos ubicar el momento en el que las comunicaciones personales y el uso de la informática deja de ser un territorio propio de investigadores o terrenos profesionales muy circunscritos para expandirse y llegar a impregnar todos los elementos de nuestra vida cotidiana. El fenómeno adquiere especial transcendencia en los países más desarrollados. Así de una primera Web de hipertexto, en la que la transmisión de datos apenas pasaba de la comunicación por escrito entre terminales, se ha producido una expansión de capacidades y contenidos que han llevado hacia una convergencia tecnológica en la que diversos medios se han integrado en la red de redes junto con una miríada de aplicaciones que ahora apuntan hacia la red de redes o se integran completamente en esta[63].
El proceso de paulatina imbricación en la red de diferentes procesos ha llegado al extremo de que los diversos terminales apenas tiene una limitada funcionalidad cuando no se encuentran en conexión permanente con esta red mundial. Como proceso paralelo, el auge de la telefonía móvil en la última década del siglo pasado, hasta su absoluta popularización se ha convertido en elemento básico de todo urbanita. La paulatina integración de la red en el entorno doméstico en proceso de conquista del salón y el televisor, transcendiendo el espacio PC doméstico, con ejemplos como las consolas de última generación y los servidores de medios y las posibilidades potenciales que las descargas y el paso de estas a este salón traen consigo, apuntan hacia una sociedad en la que la capacidad de conexión permanente y acceso inmediato bajo cualquier medio de electrónica doméstica será una constante.
Esta misma popularización de medios y facilitación en el uso ha llevado a el cuestionamiento por parte de los usuarios, como más abajo veremos, de los medios tradicionales de difusión cultural por medio de libros, discos, o películas, ante la capacidad de su reproducción por medio de dispositivos multipropósito , como el Smartphone, tabletas o consolas de videojuegos o de orientación específica, como los lectores de libros electrónicos, con cifras de producción y lectura en aumento[64], a pesar de que parte del consumo no sea superficiado en las cifras que se publican por parte de las editoriales[65]. Como veremos en capítulos posteriores, la inadaptación a las nuevas formas de difusión de medios, de distribución y acceso, han propiciado la expansión de formas alternativas de distribución de productos culturales, a las que se cataloga de «piratería» sin ofrecer alternativas realmente viables que no sean las formas precedentes de un mercado abocado a la irrelevancia.
La red en todas partes. La universalización del acceso a Internet.
La web, como se había establecido en el periodo de entresiglos y sobre todo tras la explosión de la burbuja de las puntocom, entra en un nuevo periodo de expansión y madurez al calor de la expansión de las comunicaciones, con la posibilidad de acceso casi ubicuo, mediante redes inalámbricas primero y más adelante con el uso de telefonía de datos con incrementos en anchos de banda que llegan, en la fecha en la que redactamos a igualar las de la red convencional. Esto quiere decir que cualquier usuario de servicios de la red puede hacer uso de los servicios más comunes sin notar diferencias ni importar la ubicación en la que se encuentre. La web ha llegado a todas partes[66].
Las mismas posibilidades del ordenador clásico, una vez popularizado en cuanto a precios y a una interfaz cada vez más sencilla e intuitiva de emplear, han dado un salto exponencial con la denominada Web 2.0, con aplicaciones como las de Voz-IP ( llamadas encaminadas de forma digital), las redes sociales, el vídeo digital, incluso con la difusión de medios y películas a través de Internet, por medio de podcast y streaming, las Mashup (aplicaciones híbridas entre lo instalado en el PC y en el acceso a red), los blogs (páginas personales o colaborativas), videoblogs o las formas participativas de las wikis, con la Wikipedia como su forma más reconocida de construcción de agregado cooperativo. Heredero de este, el Smartphone, la Phablet (teléfono con una gran pantalla superior a las 5’5 pulgadas) y la Tablet, se convierten en el medio primordial de acceso a Internet y de consumo de datos. Su popularización se asienta a finales de la primera década del presente siglo y el abaratamiento de terminales y tarifas a lo largo de la segunda década hacen que estos dispositivos sean el medio más utilizado[67].
Esta expansión ha ido acompañada de la penetración de un mercado de las telecomunicaciones que no siempre ha avanzado al ritmo adecuado entre legislaciones y operadores. El caso del 4G en España, la tecnología de conexión más avanzada que mantenía una de sus mejores frecuencias, la banda de los 800 MHz, ocupada por un grupo de canales de la Televisión Digital Terrestre hasta diciembre de 2014, ha supuesto un capítulo curioso de mal diseño a la hora de prever la extensión de las comunicaciones y que mantuvo un proceso judicial enfrentando a operadores de televisión con compañías de telecomunicaciones que aspiraban a usar la misma frecuencia. El llamado Dividendo Digital[68], el reparto de las diversas frecuencias, dejó a España fuera de las directrices ya sugeridas por la UIT, organización internacional de telecomunicaciones, al cederles a las televisiones digitales parte de un espectro que ya se sabía que debía reservarse para la cuarta generación de datos de banda ancha móvil. A pesar de esto, España se sitúa ya en cabeza europea de la penetración digital con un 82% en el uso de Smartphone, según encuesta del INE de 2014[69].
La importancia de los dispositivos móviles deriva también de la capacidad de extensión de servicios entre grupos de población que no contaban con otros medios de acceso. La adecuación de los servicios, aplicaciones y la misma web, en la que cada vez se implanta más el uso de diseños denominados responsivos (adaptables a diversos tamaños de pantalla). Compañías como Google han tenido muy en cuenta el uso de aplicaciones móviles y anunciaron que a partir del 17 de abril de 2015, penalizarán en su buscador las páginas que no tengan diseños adaptables para uso por móviles[70]. Así vemos como también la propia red se ha ido adaptando de forma paulatina al uso portátil de sus medios y la extensión entre una población cada vez con menores nociones informáticas[71]. La facilidad de uso, es de este modo el último pilar sobre el que se asienta la presente expansión de la red. En ello, sistemas operativos móviles como iOs, de Apple y Android, auspiciado por Google han jugado un papel fundamental en la última oleada expansiva de la red[72].
Al respecto, diferentes empresas, comenzando por las dos mencionadas, se disputan el tiempo de uso de cada usuario para que permanezcan en sus respectivas aplicaciones. Mayor tiempo de permanencia se corresponde con una mejoría en las perspectivas de negocio y por tanto, no debe extrañarnos como cada una de las opciones trata de establecer un ecosistema propio de aplicaciones con las que ofrecer al usuario toda la experiencia de consumo de medios que pueda necesitar. El hecho de que casi el 84% de uso de terminales móviles en EEUU se concentren en cinco aplicaciones demuestra la importancia del tema[73]. Estos datos, de 2015, nos revelan también la creciente concentración de medios. Por ejemplo, Facebook, que junto a la red social aglutina Instagram y WhatsApp acumula el 13% de los tiempos de uso. Google, que junto a YouTube como servicio estrella, cuenta con Gmail, Maps o Google Now, acumula el 12% de esos tiempos. El resto lo ocupan conocidos de la red como Apple, Yahoo! eBay o Microsoft. Más allá del dato, la tendencia a acumular la multiplicidad de usos de la red, han llevado a una carrera por copar nichos de mercado y a unas políticas de adquisiciones y competencia desmedida. El capítulo más reciente es el de la música en streaming (difundida desde la propia red). Spotify, surgiría en 2008 como un servicio pionero y una auténtica alternativa a las descargas ilegales de música. Por una tarifa de 9,9€, para las suscripciones Premium (con todas las mejoras) ofrecía acceso a una gran biblioteca musical, a la que se puede acceder con una conexión de datos superior a los 256 kbit/s mediante un protocolo P2P[74]. Algunas alternativas independientes como Deezer, SoundClud, Grooverhark o Rdio compitieron en diversos segmentos con esta aunque el éxito de Spotify ha sido arrollador a lo largo de esta década. Ante este panorama tanto Google, con Google Play Music, como Apple más recientemente, con Apple Music, han entrado a competir igualando el catálogo de esta, que ronda los 30 millones de canciones. La cuestión no es tanto, el mercado como los usuarios que están ahora mismo fuera de su ecosistema, que trata cada vez de estar más integrado, sistemas de pago propio incluido. Desde luego este es tan solo un ejemplo pero ilustra de forma bastante detallada un escenario que se hacer recurrente en la actualidad, el de la búsqueda de ocupar todos los nichos de mercado por parte de los grandes de Internet.
Web 2.0. Nuevos usos e interacción con la red y explosión de las comunicaciones.
El término Web 2.0 [75] será acuñado en 2004 por Dale Dougherty de la compañía O’Reilly Media, en una conferencia en la que compartió una lluvia de ideas junto a Craig Cline de MediaLive. En ella, distinguirían esta nueva forma de acceso a la red múltiple, abierta y más participativa, a la luz de la expansión de las puntocom, en la que la Web es entendida como una plataforma de medios en la que la información que se mueve a través respecto al modelo precedente estático y no reactivo. Así, vemos como la clave estará en la manera en la que la información es proporcionada y la forma en la que actúa respecto al usuario. A diferencia de la forma anterior estática y servida de forma en la que el usuario dispone de ella de forma pasiva, ahora es suministrada de forma participativa y multidireccional. Aunque a veces se establece similitud entre esta Web 2.0 y la Web semántica, esta última sería el resultado de la primera; una suerte de evolución hacia una forma aún más interactiva entre contenidos y peticiones, de disponibilidad inmediata[76].
En la siguiente fase de expansión de la red, se pierde en carácter profesional de esta para expandir los servicios y el ocio hasta convertirse en la clave principal que moviliza la mayor parte del tráfico de red que se genera actualmente, con una proliferación de servicios capaces de acaparar a millones de usuarios activos, como han logrado redes sociales como Facebook, la inserción de fotos de viajes mediante panoramio[77] en Google Maps o colecciones de fotos personales y profesionales en Flickr[78], con casos como el de una suerte de galería de arte en red de Devianart(17). En lo que respecta a los aspectos sociales, la red se convierte en la base de una ebullición de productos y redes en las que la interacción entre usuarios será la clave. En poco tiempo, se avanzará a una interconexión más estrecha a través de la red, hasta desplazar los usos convencionales del teléfono. Nuevas formas de comunicación instantánea superaran esa herencia con los foros que seguían manteniendo las redes sociales al uso. Así, la presente década asiste al ascenso de nuevos medios de comunicación tanto grupales como individuales, instantáneos entre los que destacan WhatsApp, Telegram o Line, dependiendo de la zona geográfica en la que predominan.
Otros casos también reseñables como Second Life[79], se han correspondido más a esa burbuja de las puntocom, en la que el concepto ha superado a la realidad objetiva. Así, lo que se suponía la enseña del metaverso[80], un mundo virtual en el que las personas, mediante avatares (personalidades virtuales) se interrelacionaban en un mundo abierto a todas las posibilidades quedaría pronto en desuso. Con una sagaz campaña comercial, por parte de la empresa Linden Research Inc. en 2003, este universo virtual fue capaz de atraer, desde su lanzamiento, todas las miradas que, en parte gracias a la nueva mitología de la ciencia ficción, como Matrix, de los Wachowski, en el cine, o la novela Neuromante de Gibson, entre otros habían «preparado» a la audiencia. Como señalamos, comercialmente se ha tratado de uno de los mayores éxitos de su momento, al conseguir que todo tipo de empresas y organismo, incluso el instituto Cervantes[81] quisieran ubicar tiendas virtuales dentro de este mundo. Efectivamente, Second Life será uno de los mayores hypes (neologismo que hace referencia a una expectativa hiperbólica) del siglo. Se llegó a un momento en que incluso se abrieron iglesias y políticos dieron mítines dentro del universo virtual. Una de las ideas más rentables para la compañía en cuestión sería la de establecer una moneda virtual dentro de Second Life, los Linden Dollars, con los que se podían comprar múltiples servicios y accesorios para nuestros avatares. La conversión de estos a moneda real sería un proceso bien rápido y pronto aparecería en todas las noticias Anshe Chung[82], como la primera millonaria gracias al trabajo dentro de un mundo virtual. A pesar de ello, la impresión que un usuario puede sacar de Second Life, después del boom primero de este mundo, y de los 13 millones de usuarios registrados que declarase en su momento, era la de un mundo vacío, en el que el potencial que los medios han señalado supera la realidad de un mundo virtual inmersivo con poco que hacer cuando no hay grupos formados al estilo de otra red social y que terminaría desinflándose ante el abandono de sus usuarios.
Dentro de estos mundos de inmersión online, serán los juegos multijugador los que atraigan mayores audiencias. Como vimos, incluso el Departamento de Defensa estadounidense, mantiene su juego, imitando el éxito del juego en primera persona Counter Strique, America’s Army[83], como medio de captar jóvenes para el ejército en un lugar más atractivo para estos y que contaría con servidores propios y de descarga gratuita. De cualquier modo, el gran juego de rol multijugador masivo (MMORPG) que, a pesar de ser de pago, ha llegado a más de 11 millones de usuarios activos es World of Warcraft (conocido como WOW entre los usuarios)[84], aparecido en 2004, al calor del aumento en la calidad de conexión, por parte de la compañía Blizzard. WOW se encuentra inserto dentro de un mundo de fantasía heroica, en el que dos grandes facciones de jugadores se disputan zonas de ese mundo, comercian y desarrollan posesiones. Esto ha hecho que este juego sea uno de los más observados por estudios de economía y de psicología, tanto en el estudio de precios de mercado como en el aspecto social, sobre todos cuando se han dado casos como el de la plaga, en septiembre de 2005, un fallo en el juego que infestaba literalmente a los personajes del juego hasta llevarlos a la muerte. Este caso, ha servido como forma de estudiar pautas sociales ante epidemias, al observar como muchos de estos jugadores, conscientes de la enfermedad de su personaje, acudían a las grandes ciudades contagiando a otros[85]. El caso de la economía virtual es otro de los grandes procesos de estudio de este juego, en el que se ha dado un proceso de venta de oro (la moneda del juego) o de otros elementos del juego de forma no del todo ajustada a las normas del este, en teoría no permitido. Esto ha dado pie a un fenómeno masivo de Gold Farmers (granjeros de oro), sobre todo en China, que se dedican de forma profesional a ofrecer servicios a los jugadores, previo pago real. En algunas de las grandes ciudades, la presencia de estos vendedores, que acosan a jugadores o hacen campañas publicitarias chocantes, a pesar de que Blizzard bloquea supuestamente a los que realicen estas prácticas nos avanza lo que puede esperarnos en un futuro en el que estos mundos comiencen a extenderse entre la población. La forma de interactuar con el juego, hecho social, con medios propios como Steam[86] ha cambiado la perspectiva del futuro online. Novelas como Ready Player One[87] apuntan a un futuro en el que lo lúdico y lo académico convivirán de forma indisociable.
El caso de Google merece una mención singular, al tratarse de la gran enseña de esta nueva Web, desde que su buscador se convirtiera en la gran fuente de búsquedas, gracias a su motor mucho más sofisticado que sus competidores, y a la integración paulatina de nuevas formas de entender procesos hasta entonces fijados a lo local y vinculados a una máquina. De este modo, herramientas como Pagerank (que establece categorías de diversas páginas para aparecer en sus búsquedas) o Adsense (que ofrece la posibilidad de insertar publicidad gestionada por Google en cualquier página como comisionista) son la base de su negocio digital. Asimismo, la novedosa forma de tratar el correo con Gmail, tratar documentos con Google Docs o incluso ver mapas y fotografías de satélite con búsquedas por ubicación integradas, en Google Maps o su versión instalable Google Earth, ha marcado las pautas de otros servicios de la Web 2.0. Esta compañía, ajustada, como tantas otras grandes del sector, al mito fundacional de jóvenes que apuestan por una creación concreta partiendo desde cero, a pesar de unas prácticas que de ser llevadas por otros ya habrían estado en el ojo del huracán sobre monopolios[88], ha sabido ganarse la simpatía de todo el sector más implicado en las nuevas tecnologías, precisamente con una política visualmente contrapuesta a las de otras compañías, especialmente Microsoft. De este modo, la posibilidad de incorporar desarrollos libres, códigos abiertos y unas prácticas empresariales más «amigables» respecto a los usuarios, no vistos como sospechosos permanentes de «piratería», hicieron que esta compañía pudiera llevar prácticas empresariales que, en otros casos habría sido puesto en cuestión[89]. Los últimos tiempos, en los que la posición de domino y unas políticas más restrictivas junto con la supresión de servicios muy reconocidos entre la comunidad como Google Reader (su lector de noticias vía RSS) hicieron que se cuestionara la máxima fundacional de la marca «Don’t be evil» (no seas malo). En la actualidad la compañía se enfrenta a una fiscalización por parte de la UE en los aspectos del derecho al olvido (derecho a borrado de datos pasados por parte del usuario), su agregador de noticias e incluso en la forma en la que se ofrecen los resultados de sus búsquedas.
Por último una de las industrias que mayores beneficios encuentran en la red y que mejor se han adaptado a esta es la de la pornografía. Desde la primera fase de expansión, la pornografía ha sido tanto una de mayores fuentes de tráfico de red como de contenidos descargados de forma no legal. Los datos de 2010[90] revelan que cómo agrupa un 25% de las búsquedas, el 12% de los sitios de Internet son pornográficos o que el 35% de las descargas sean de este tipo de contenidos. Sitios como Pornhub[91], uno de los portales de vídeo con mayor implantación en la red, pública sus estadísticas anuales y apunta cómo la tecnología móvil también se apunta con fuerza al consumo de sus contenidos[92]. Así a lo largo de sus estadísticas nos revelan el incremento en España del consumo de vídeo con dispositivos móviles alcanza en conjunto el 51% de las peticiones totales[93]. Tanto los servicios de suscripción y descarga de pago, como los portales con publicidad y las descargas ilegales hacen de la pornografía una de las industrias más vitales de la red y una de las más resistentes a la censura. Los experimentos con realidad virtual e incluso los juegos, apuntan a que la industria seguirá siendo puntera se integre o no con los grandes de la industria de Internet.
La Brecha Digital.
Como contrapunto a todo este periodo de expansión, la parte excluida o incapaz de acceder a los nuevos medios nos muestra un incremento de la desigualdad. La red ha comenzado a expandirse a lo largo de todos los usos sociales y forma parte del consumo diaria de cada vez más población. La denominada Brecha digital se abre entre los que tiene acceso o no lo tienen. A esto hay que añadir otro facto entre los países más desarrollados y es la denominada Brecha Generacional, en lo que respecta al acceso a Internet[94]. Así se establece una clara línea entre los que tiene acceso a los nuevos medios y los excluidos. Una nueva forma de exclusión y pobreza se perfila en torno a esta capacidad de acceso y manejo de los nuevos medios de los que disfruta el mundo desarrollado y dentro de este los que tiene capacidad de acceso tanto formativa como socioeconómica.
En el año 2000 menos de un 20% de la población española había accedido Internet en alguna ocasión. Las cifras de 2014 apuntan ya al 76,2% de la población adulta. Buena parte de este acceso de los últimos tiempos se debe al despliegue de la tecnología móvil y la ampliación del acceso. Esto no resta calidad al dato pero lo matiza para realizar un análisis certero. No solo se trata del acceso a la red sino de la capacidad de establecer una comunicación oficial, manejar un certificado digital o redactar un correo electrónico. Así la falta de una definición concreta del término nos puede llevar a cifras engañosas acerca de la exclusión exacta que supone la divisoria definida en el término brecha digital[95].
La
pobreza informacional, todavía a medio camino de ser definida, a pesar de los
intentos de La Estrategia Europa 2020 o las recomendaciones metodológicas
Eurostat (Oficina de Estadística de la Unión Europea) quedaría definida no solo
por la incapacidad de acceder y comprender el uso de Internet, sino por la
posibilidad de tener siquiera acceso y poder hacer un uso adecuado de
este[96].
A entender del que escribe, queda mucho camino por definir al
respecto, dado que los datos que se nos brindan tan solo
separan géneros y edades sin especificar más parámetros.
[1] Wallernstein, I. Geopolítica y Geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial. Kairós, Barcelona, 2007.
[2] Manuel Castells. La era de la información: economía, sociedad y cultura (Vol. 3): La sociedad red. Fin del milenio. Alianza editorial. Madrid. 2008
[3] Marc Augé. Sobremodernidad: del mundo tecnológico de hoy al desafío esencial del mañana. En Sociedad Mediatizada. Gedisa. Barcelona.2007
[4] VVAA. Manifiesto Cluerain http://www.cluetrain.com/ Las tesis en castellano podemos encontrarlas en: http://tremendo.com/cluetrain/ . 1999.
[5] 5. Reischl, G. El engaño de Google. Medialive Content. Barcelona. 2008
[6] 6. VVAA. Internet y Lucha política: Los movimientos sociales en la red. Capital Intelectual, Buenos Aires, 2006
[7] 7. Echeverría, J.: Los Señores del aire: Telépolis y el Tercer Entorno. Barcelona (Destino) 1999
[8] 8. Kleim, N. La doctrina del Shock. El auge del capitalismo del desastre. Booket. Madrid. 2012
[9] 9. Lanier, J. Contra el rebaño digital: Un manifiesto. Debate. Barcelona. 2011
[10] Herrera León, B. El modelo UNESCO de comunicación en el «Informe MacBride». Anuario Inicio, jun. 2005, vol.17, no.1
[11] Matterart, A .Historia de la sociedad de la información. Paidós, Barcelona. 2007
[12] McBride y otros. Un solo mundo. Voces múltiples. Comunicación en información en nuestro tiempo. Fondo de Cultura Económica y UNESCO. México, 1980. Disponible en: http Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0004/000400/040066sb.pdf
[13] El memorándum se encuentra disponble en: The FAST programme - forecasting and assessment in the field of science and technology. Information Memo P-29/80, April 1980 http://aei.pitt.edu/31042/
[14] La directiva, recientemente reeditada y en proceso abierto de nueva redacción a lo largo de 2015 y especialmente tras las nuevas negociaciones bilaterales respecto a Privacy Shield con EEUU, acerca del tratamiento y cesión de datos entre partes, se encutra disponible en http://ec.europa.eu/justice/data-protection/index_es.htm. Su reforma, que se encutra en proceso de redacción y acuerdo en 2016 puede ser consultada en: http://ec.europa.eu/justice/data-protection/reform/index_en.htm
[15] Ley orgánica 15/99 sobre la protección de datos de carácter personal. https://www.agpd.es/portalweb/canaldocumentacion/legislacion/estatal/common/pdfs/Ley-15_99.pdf
[16] Agencia española de protección de datos: https://www.agpd.es
[17] Preuss-Laussionotte, S. La democracia ante los riesgos de la mundialización de las bases de datos. En El estado del mundo 2009. Akal, Barcelona 2008.
[18] Enlace protegido de borrados a la USA Patriot Act: http://web.archive.org/web/http://www.lifeandliberty.gov/highlights.htm
[19] OCM: https://www.wto.org/indexsp.htm
[20] Manuel Castells. La era de la información: economía, sociedad y cultura (Vol. 1): La sociedad red. Alianza editorial. Madrid. 2008
[21] 14. AAVV. Internet y lucha política. Los movimientos sociales en la red. Capital Intelectual, Buenos Aires, 2006
[22] Un trabajo de recopilación de primer orden a cargo de un grupo de investigación de la Universidad de Washington contene una de las mejores fuentes actuales sobre los acontecimentos en torno a la cumbre de la OCM y la contracumbre: http://depts.washington.edu/wtohist/index.htm
[23] Docuemnto del FMI sobre la ruta económica que pretende trazar para la economía mundial. La globalización ¿amenaza u oportunidad? : http://www.imf.org/external/np/exr/ib/2000/esl/041200s.htm
[24] Bustamante, E. Hacia un nuevo sistema mundial de comunicación: las industrias culturales de la era digital. Gedisa, Barcelona, 2004
[25] 18. Ramonet, I. «Nouveau pretê-á-penser ideologique«. Le Monde Diplomatique, Mayo- 1992
[26] 19. Materland, A. La información contra el estado. Le Monde Diplomatique, nº 21 Marzo 2001
[27] 20. Comisión europea. Green Paper. Living and Working in the Information Society: People First. Disponible en: http.//www.hamburg.de/ English/StadtPol/Europe/peopl1st.htm
[28] La ONG La Cuadrature du Net, ha sido uno de los agentes más activos en contra de este proceso y cuenta con grandes dosieres sobre cada uno de estos acuerdos. Sobre ACTA: http://www.laquadrature.net/en/ACTA ; Sobre CETA: http://www.laquadrature.net/en/CETA y sobre TAFTA: http://www.laquadrature.net/en/TAFTA
[29] Sobre TAFTA, existe extensa documentación. En su momento, redacté un resumen de sus puntos más destacados: TAFTA: La crisis como excusa para volver a intentar restringir libertades en: http://www.eldiario.es/turing/Comision-Europea-intentar-restringir-libertades_0_123188473.html
[30] Una de las explicaciones más recientes sobre la importancia de la neutralidad de la red nos la ofrece la ONG EDRI: https://edri.org/net-neutrality-in-critical-danger/
[31] Debido a mi actividad en ciertos medios del sector, también compuse un artículo explicando el debate sobre CISPA, su relevancia y el impacto posible de sus medidas respecto a libertades cuidadanas en la red:.http://www.eldiario.es/turing/aprobacion-CISPA-legalizara-espionaje-ciudadano_0_122837866.html
[32] Sobre el TPP, que por no afectar directamente a Europa ha sido un asunto sobre el que no se ha prestado suficiente atención, a pesar de ser un calco del TIPP, también realizaría un apunte sobre el asunto durante la celebración de una de sus más recientes rondas: TPP: Una negociación diseñada para favorecer intereses lobistas: http://www.eldiario.es/turing/TPP-negociacion-favorecer-intereses-lobistas_0_137536755.html
[33] CERN: El empleo de datos masivos por parte del Gran Colisionador de Hadrones es parte fundamental en la interpretación de unos datos que son tomados en cuestión de fracciones de segundos pero en una cantidad ingente. http://home.web.cern.ch/topics/large-hadron-collider
[34] . IBM ofrece un manual de interpretación del Big Data con cifras y estadísticas muy interesante: Big Data Beyond the Hype: A Guide to Conversations for Today’s Data Center, disponible en: https://www-01.ibm.com/marketing/iwm/iwm/web/signup.do?source=ibm-analytics&S_PKG=ov28197&S_TACT=M161001W&dynform=11707&lang=en_US
[35] El Documento donde Doug Laney, explica cómo se organiza el Big Data se encuentra disponible en:http://blogs.gartner.com/doug-laney/files/2012/01/ad949-3D-Data-Management-Controlling-Data-Volume-Velocity-and-Variety.pdf
[36] Proyecto genoma humano: www.sciencemag.org/content/291/5507/1218.full
[37] informe de CISCO sobre el impacto de la inversión en TI y Big data en la empresa: http://www.cisco.com/web/ES/about/press/2013/2013-04-02-big-data-gran-potencial-y-prioridad-de-negocio.html
[38] Al respecto del valor de los datos como nueva mercancía compuse un artículo para eldiario.es que resume buena parte de los aspectos aquí tratados: Big Data y la privacidad: Cuando el negocio eres tú: http://www.eldiario.es/turing/BigData_0_120038458.html
[39] 7. Adblock, el bloqueador de anuncios «amigo de Google»: https://getadblock.com/
[40] . CyanogenMod, uno de los desarrollos de Android paralelos más afamados: http://www.cyanogenmod.org/
[41] Las máquinas de Oracle y su gestión de grandes bases de datos conformarían todo el inicio del presente siglo al respecto:http://www.oracle.com/technetwork/database/exadata/overview/index.html
[42] Apache Handoop: http://hadoop.apache.org/
[43] Strauch, Christoph. «No SQL whitepaper”. Recurso disponible en http://www.christof-strauch.de/nosqldbs.pdf
[44] La oferta de paquetes de tratamiento de datos masivos de SAS: http://www.sas.com/en_us/software/data-management.html
[45] Open Compute: http://www.opencompute.org/
[46] Sobre Facebook y el modelo Open Compute compuse un artículo recentemente: https://andradesfran.com/facebook-obligando-a-los-fabricantes-a-que-les-hagan-servidores-a-la-carta-mediante-el-open-compute/
[47] . Dans, E. Todo va a cambiar. Deusto. Madrid. 2010
[48] Schönberger, V. Big Data: A Revolution That Will Transform How We Live, Work, and Think. Hougton Mifflin Harcourt. Nueva York. 2013
[49] 17. Sabaté, J. Big data, ¿una amenaza a nuestra intimidad?: http://www.consumer.es/web/es/tecnologia/internet/2011/12/06/205118.php
[50] . Stéphane Grumbach y Stéphane Frénot. Los datos, el poder del futuro (Traducido de Le Monde) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=162050
[51] Sobre cómo se alimenta de perfiles sociales nuestras lecturas y reacciones a los medios: http://techcrunch.com/2013/04/08/report-46-of-social-login-users-still-choose-facebook-but-google-is-quickly-gaining-ground/
[52] Craig, T y Ludloff, M. Privacy and Big Data. The Players, Regulators, and Stakeholders. O’Reilly Media. Massachusetts. 2011. Disponible en: http://shop.oreilly.com/product/0636920020103.do
[53] La Asociación EPIC Electronic Privacy Information Center https://epic.org/ , hace un seguimiento bastante estrecho de las situaciones de vulneración de la privacidad de usuarios de empresas y servicios de Internet.
[54] Doctorow, C Little Brother. Disponible en http://craphound.com/littlebrother/download/
[55] Maltego es una de las herramientas más populares para recopilar datos a partir de unas pocas pistas iniciales: https://www.paterva.com/web6/
[56] Shodan, conocido como el buscador de los hackers, al permitirnos una búsqueda profunda de elementos no evidentes en ifraestructuras y redes accesibles desde internet: https://www.shodan.io/
[57] Sobre lo que puede revelarnos google mediante el uso de dorks: https://www.exploit-db.com/google-hacking-database/
[58] 26. González Pérez, P. Ethical Hacking.0xWorld, Madrid. 2014
[59] Schneier, B. Data and Goliath .The Hidden Battles to Collect Your Data and Control Your World. W. W. Norton & Company. 2015 Ed electrónica en http://www.amazon.com/Data-Goliath-Battles-Capture-Control-ebook/dp/B00L3KQ1LI/
[60] Preuss-Laussionotte, S. La democracia ante los riesgos de la mundialización de las bases de datos. En El estado del mundo 2009. Akal, Barcelona 2008.
[61] Conferencia sobre privacidad de las Autoridades internacionales de portación de datos. Resulta muy conveniente revisar las resoluciones disponibles en la web de la convocatoria en México durante 2011. http://www.privacyconference2011.org/
[62] También podemos visitar la documentación de la convocatoria de octubre de 2015, en Ámsterdam así como las coclusiones en: http://www.apc2015.net/
[63] Estadísticas sobre aplicaciones de acceso a la web y su empleo: http://www.w3counter.com/globalstats.php
[64] INE. Informe sobre el impacto de la lectura digital en España: http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INECifrasINE_C&cid=1259932520217&p=1254735116567&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout
[65] Informe Global eBook 2015. Un documento de Rüdiger Wischenbart, en el que se detalla el estado internacional del mercado del libro electrónico: http://www.global-ebook.com/
[66] Manuel Castells. La galaxia Internet. Reflexiones sobre Internet, empresa y sociedad. Plaza & Janes. Barcelona. 2001
[67] Estudio de Nielsen sobre el uso del Smartphone: http://www.nielsen.com/us/en/insights/news/2015/so-many-apps-so-much-more-time-for-entertainment.html
[68] Sobre el Dividendo Digital: http://www.televisiondigital.gob.es/DividendoDigital/Paginas/que-es-dividendo-digital.aspx
[69] INE: Encuesta sobre equipamientos y uso de tecnología en España. Octubre de 2014: www.ine.es/prensa/np864.pdf2
[70] Google, principal beneficiario del auge de la tegnología móvil, detalla en su web de desarrolladores sobre el diseño optimizado para móviles: https://developers.google.com/webmasters/mobile-sites/?hl=es-ES&utm_source=MFT&utm_medium=incoming-link&utm_campaign=MFT
[71] Eurostats nos ofrece una cifras de uso de Internet móvil : http://ec.europa.eu/eurostat/help/new-eurostat-website?p_auth=jVcHEUXV&p_p_id=estatsearchportlet_WAR_estatsearchportlet&p_p_lifecycle=1&p_p_state=maximized&p_p_mode=view&_estatsearchportlet_WAR_estatsearchportlet_action=search&text=Individuals+using+a+mobile+phone+via+UMTS+%283G%29+to+access+the+internet
[72] Tendencias internacionales 2015 del mercado de las comunicaciones móviles: http://www.budde.com.au/Research/Global-Mobile-Communications-Market-Insights-Statistics-and-Regional-Trends.html
[73] Artículo de Techcrunch a propósito de los usos y tiempos de empleo del Smartphone: http://techcrunch.com/2015/06/22/consumers-spend-85-of-time-on-smartphones-in-apps-but-only-5-apps-see-heavy-use/#.p436dj:WjjV
[74] Spotify,será el servicio pionero en streaming musical: https://www.spotify.com/es/
[75] Cobo, C. y Pardo H. Planeta Web 2.0. Inteligencia colectiva o medios fast food. Grup de Recerca d’Interaccions Digitals, Universitat de Vic. Flacso México. Barcelona / México DF. ,2007 (con licencia CC disponible en http://www.planetaweb2.net/)
[76] García, C. y Arroyo D. Biblioteca Digital y Web Semántica. Disponible en: http://biblioweb.sindominio.net/telematica/bibdigwebsem.html
[77] 15. http://www.panoramio.com/
[78] Flikr sería durante años el servicio de referencia en lo que respecta a fotografía digital. Dependiente de Yahoo!, ahora mismo comprte el declive general de la compañía matriz: 16. http://www.flickr.com/
[79] Second Life es para muchos un caso paradigmático de plataforma sobrevalorada: http://secondlife.com/
[80] El termino metaverso y el de un universo virtual seria sugerido por primera vez en la novela de Neal Stephenson, Snow crash.
[81] http://secondlife.cervantes.es/es/default.htm
[82] http://www.anshechung.com/
[83] Americas Army. El videojuego diseñado para reclutar soldados en EEUU: http://www.americasarmy.com/
[84] World Of Warcraft será un juego masivo Multijugador online capaz de crear sus propios memes y una economía capaz de trascender al juego: 23. http://www.wow-europe.com/es
[85] Noticias sobre la plaga en el WOW: http://news.bbc.co.uk/2/hi/health/6951918.stm
[86] Steam es la mayor plataforma de juegos multijugador: http://store.steampowered.com/
[87] 26.Cline, E. Ready Player one. Ediciones B. Barcelona. 2011.
[88] 27.Suárez Sánchez Ocaña, A. Desnudando a Google. Deusto. Madrid. 2012
[89] 28. Reischl, G. El engaño de Google. Medialive Content. Barcelona. 2008
[90] Infografía de la web Gizmodo con algunos datos relevantes sobre la pornografía en Internet: http://gizmodo.com/5552899/finally-some-actual-stats-on-internet-porn
[91] Las cifras del porno. Estadísticas anuales (2014) del portal PornHub, uno de los mayores del mundo, sobre usos y accesos a sus contenidos: http://www.pornhub.com/insights/2014-year-in-review
[92] Cifras de 2013 http://www.pornhub.com/insights/pornhub-2013-year-in-review/
[93] El ranking de Alexa de las páginas de temática adulta más visitadas en España: http://www.alexa.com/topsites/category/Top/World/Espa%C3%B1ol/Adult
[94] Serrano, A y Martínez; E. La Brecha Digital: Mitos y Realidades, Editorial UABC, México, 2003, Disponible en: www.labrechadigital.org
[95] Fundación Alternativas: Informe de 2014 sobre la brecha digital en España: http://www.fundacionalternativas.org/actividades/presentaciones/la-desigualdad-digital-una-nueva-fuente-de-desigualdad-politica
[96] INE datos sobre la brecha digital http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925528782&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout¶m3=1259924822888